martes, 28 de septiembre de 2010

si callo, deja entreabierta
la puerta de tu rostro

no tengas miedo y coincide
con el amado que madre
escribió para siempre

un par de piernas solamente
donde murieron las risas

entrecerradas al delirio
del aire que canta natalia
ésta ida para nunca

si callo sigue sonando
el canto de los insectos
que se esconden en tus piernas

de niña, de siempre niña

lunes, 20 de septiembre de 2010

oración que baja a cambiar los vientos

a levantar las cadenas de una vida simple

oración campestre con olor a pan

conjuro amable y familiar que aprendemos

al desgranar el rosario de la siesta

como si plantáramos cruces en la lluvia

que ya no cae nunca en nuestro patio


oración que desciendo en tu nombre

que trepa las rejas blancas de tu tristeza

donde la luna no cree en los rezos

y los gatos orinan sobre la costumbre 

de agradecer el alimento 

rezo por vos y por el día de tu muerte 

rezo por tus senos firmes

por la riza que vuela entre tus piernas


desciende la oración de cada día 

al cuidado de nuestros ritos domésticos

cuando baldeamos el piso, extendemos 

nuestras ropas y preparamos el puré de la niña

piensa tu también una oración 

un rezo que nos cubra con su sombra

que nos de sol, yerba y agua fresca


di gracias amor porque somos

porque sin quererlo somos y estamos

di gracias y líbranos del mal
traigo silencio envuelto en hojas de mango 

Es el avío para nuestro viaje, matula que 

debemos esconder bajo el asiento para que

nadie sepa que nuestra comida es estarnos

callados, observando como crece la postura

erguida del trigo y como nos vamos a nuestra 

muerte. 


Traigo silencio doblado en cuatro

Metido en el bolsillo del vaquero

Como la carta de un viejo comerciante 

que acabó en una página de un precioso 

Quijote ilustrado por Salvat

Como la carta que nunca salió del correo 

y guarda un secreto convulso

viernes, 17 de septiembre de 2010

pase el día

pase pronto

se olvide de mí

se vaya

sea yo de nuevo

el ser amado

el familiar

el esperado
esta es la piedra

que tiembla bajo

el insecto


este es el pulso

adherido

al perfume del muerto


eso que extrañas

cuando hay en mí

nada que sea yo