martes, 5 de octubre de 2010

la mano que sostiene lo más frágil
la mano baldía
la mano crecida hierba en las mías
que me miro
que me digo yo
como si alambrara un perímetro
imposible
la mano que deja caer
suelta el pelo a las tormentas
la que renuncia
la que apunta
la mano vacía
la que se extiende en el deseo
del abismo del impar
la mano izquierda
la que no es mi mano
una tormenta de asteriscos
acabará con el signo