Si tejieras puentes y torres y bóvedas
en el más allá de las postales,
retorno de la palabra perdida en el mundo,
y tejieras almendros páramos sin orillas...
Anduvieras corriendo deshojando
siglos en el aire,
recogiendo distancias
mares que esconden los caracoles:
Medida del escenario,
inicial, primario,
que escogiste.
Llevaras a enero
en tus manos herido
de calendarios,
para curarlo y devolverle al cielo.
Tejieras un tiempo sin números,
un puente sin metafísicas y almendros
en flor,
donde él supiera quererte
y vos,
palabra libre de mundo,
te dieras con ternura.
Pulsaras dulcemente el cuerpo
tenso de Antonio,
nombre sin puentes ni torres ni bóvedas,
hicieras vibrar la música
en el más allá de cada cosa.
Es como si llegaras de un lugar oscuro
y dijeras:
"no había claridad
y los almendros estaban en flor".