Sientes como todo se estira.
Tu cuerpo, el aire que crece
y se escapa de tu cuerpo.
Algo parece venir de algún
lugar. Parece encallar en la
arena tu nave amanecida.
Y trae consigo una voz secreta.
Un bostezo, el idioma nebuloso
de las cosas terrestres.
Y sientes crepitar el trigo
transitorio de tus huesos.
Algo despierta dormido.
Final de lluvia en las hojas
del sueño. Todo se levanta
sin ganas de levantarse.
Algo pasa en el mundo
que lamenta tu retraso.
Es hora ya y las sábanas.
Te abrazan, te enredan,
te involucran en su juego
de ángeles deletéreos.
Deja huellas de ti
en el desorden carnal
de las frazadas.
Olores. Lúbricos perfumes.
Para verte erguida
en el espejo, y lavarte
todos los rostros de la cara.
lunes, 9 de agosto de 2010
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